Talleres gratuitos de iniciación a la escritura creativa:
Dientes afilados, tamaño gigante, crueldad desmedida... Nos atrapa en el agua, donde no podemos desenvolvernos con facilidad, ¡pero él sí! Mientras somos arrastrados al fondo, ensartados por innumerables cullillas, sufriremos el ahogamiento y ¡estaremos deseándolo para que la pesadilla termine cuanto antes! Los tiburones nos aterran. Y no es para menos. Son los villanos de multitud de historias y poseen una peculiaridad que los hace especialmente aterradores: están en todos los mares del mundo. Sí, en tu bonita playa también.
Y, sí, en TODAS las costas de España también. Es cierto que resulta complicado toparse con uno a no ser que vivas en un lugar en el que aniden grandes poblaciones de ellos, por ejemplo en los que existe abundante caza, como focas. Pero debes saber algo: si no te topas con uno cada vez que te metes al agua, es porque él no lo desea. Tú no sabes que está allí, pero él sí sabe que tú estás.
Para que te hagas una idea: en España hay tiburones blancos incluso en el Mediterráneo o en el Cantábrico.
¿No lo crees? Tiburones pequeños son encontrados por los pescadores a menudo. No es tan habitual reportar avistamientos de grandes animales, pero echa un ojo a este artículo en el que científicos se felicitan por un gran hecho: la filmación, por vez primera, de un tiburón blanco de cinco metros en aguas españolas. Aunque, todo hay que decirlo, otros expertos discrepan de este hecho y afirman que, en realidad, se trataba de un tiburón mako o marrajo.
En el sur de España, por el paso del Estrecho de Gibraltar, se han llegado a catalogar hasta 35 especies de tiburones, entre ellos, el angelote, el cailón, el tiburón blanco, el peregrino, dos especies de tiburón zorro, el martillo, el jaquetón sedoso, el cazón y el marrajo. Te lo explican en este artículo. Todos los años se reporta algún caso de ataques de tiburones en el mundo, aunque no todos terminan tan mal como este que te cuentan aquí. Los tiburones poseen mecanismos para detectar presas que rozan la fantasía, como un olfato absolutamente increible o la detección del campo eléctrico que todos poseemos. Sin embargo, los expertos no se cansan de decir que los tiburones no suelen atacar a los humanos, excepto en caso de confundirlo con una de sus presas preferidas. Y, además, cumplen un importante papel en el ecosistema marino.
Pero eso no quiere decir que sean corderitos, pues algunas personas se atreven a hazañas tan increibles como ¿irresponsables?, y se arriesgan mucho más de lo necesario. Una cosa es que el tiburón no ataque a las personas, pero otra, muy diferente, es ponerse en riesgo una y otra vez. Ya se sabe el dicho: quien la sigue, la consigue. Como escritor, he utilizado la figura del tiburón en una de mis novelas de fantasía y aventuras. Se trata de «Nair de Morton. Los jinetes blancos». El protagonista habita en una isla rodeada de infinidad de tiburones gigantes que solo pueden ser contenidos por cocodrilos marinos igualmente voraces y peligrosos. El equilibro entre ambas especies es lo que asegura la tranquilidad. Pero algo está alterando este pulso y los cocodrilos deciden salir a tierra dejando que prolifere la población de escualos. Puedes ver los detalles de esta novela de fantasía, aventuras y superación personal en www.javinavas.es/nairdemorton