Talleres gratuitos de iniciación a la escritura creativa:
El ser humano es ruin y superficial; los animales son nobles y generosos. Esa es la idea que me ha transmitido este relato corto de Oscar Wilde que te emociona, te entristece y te cabrea bastante. Seguro que habrá tantas interpretaciones como críticos, pero a mí, que cuido de gatos, me han llegado especialmente este tipo de sensaciones. Fue publicado en 1888 junto con más relatos en «El príncipe feliz y otros cuentos». La edición que tengo es de la editorial Alborada, con 157 páginas y en formato de bolsillo. ¿De qué va? Un estudiante se enamora de la hija de su profesor. Él sabe que le encantan las rosas rojas y está convencido de que si le regala una, la más bella que pueda encontrar, ganará su favor para que acepte su invitación de acudir a un baile con él. Pero resulta imposible conseguir una rosa roja y el joven se desespera. Un ruiseñor, que anida y canta ante su ventana, se entristece al ver el padecimiento del chico y decide ayudarlo.
Mi opinión.
Esta historia me ha recordado mucho a la de «El príncipe feliz», de la que hablo en otro artículo. Y el motivo es la generosidad desinteresada de las aves protagonistas. Creo que es una lectura adecuada para los jóvenes y gustará, sobre todo, a esos que aman los animales. Aunque podría servir para reconducir a los vándalos que se dedican a lanzarles piedras o cosas peores. Yo era uno de esos, y de niño, en los veranos, salía con mi padre o mis tíos a cazar pajarillos con una escopeta de balines. Cierto es que después los cocinaban y los comían, pero yo no. Por suerte, esa etapa duró poco y quizá la mucha lectura de fantasía contribuyó a humanizar mi visión de los animales, de forma que los considerase de un modo distinto.
Pero cualquier adulto se emocionará y se quedará pensativo ante el desarrollo de la historia. Pues, a medida que avanza te hace desear que lo que parece que va a ocurrir no suceda. Es evidente que el género es el fantástico, si no, no se entendería que un ruiseñor razone como lo hace y se comunique con plantas y otros animales. Pero, aunque odies el género, te va a gustar, pues está tan bien escrito que ves normal que el pájaro hable con una rosa blanca o entienda lo que le ocurre a su vecino humano. Además, el trasfondo de esta historia es el drama de siempre: el amor y el desamor, pero aderezado con la generosa y descomunal ayuda que trata de brindarle el pajarillo. ¿Conseguirá ayudar al joven enamorado? Y, en ese caso, ¿logrará este el favor de la chica? Pues tendrás que descubrirlo por ti mismo. Pero recuerda que el autor es, nada menos, Oscar Wilde, escritor de tragedias, dramas y cuentos «de miedo». Lo que no me ha gustado. No leo dramas. No me gustan. No me apetece «vivir» historias tristes, para eso ya veo el telediario. Si el relato fuese de terror sería diferente, pues ya se sabe que pocas historias de este tipo terminan como nos gustaría. Sin embargo, esta es tan bella que no puedo encontrar nada negativo. Yo tengo una ventaja, y es que puedo hacer trampas, pues soy escritor, y si un final me deja tocado y no me apetece pasar el mal rato, lo reescribo a mi modo y hago que me guste. El contrato del ruiseñor con el rosal. El párrafo que te voy a mostrar es el más impactante y el que te deja inquieto durante el resto de la lectura. Aparece desde el principio del relato, así pues, no constituye un spoiler o adelanto de acontecimientos. No obstante, si prefieres leerlo en el relato, pasa al siguiente apartado (conclusiones). El ruiseñor encuentra un rosal cuyas rosas son rojas, pero las heladas y el viento lo han dañado y no dará rosas en todo el año. El ruiseñor le pregunta si hay algún modo de que le proporcione tan solo una: «Si quieres una rosa roja, la tienes que hacer con música, a la luz de la luna, y teñirla con tu propia sangre. Me cantarás una canción, con el pecho apoyado en una espina. Tienes que cantar toda la noche, y la espina te atravesará el corazón para que la vida que hay en tu sangre fluya hasta mis venas y me dé vida a mí». ¿Qué decidirá el ruiseñor? Y tú, ¿qué responderías? Seguramente: «que le den, que ese tío compre la rosa en Amazon». Conclusiones. Relato recomendable en todos los aspectos. Ideal si queremos educar a los niños en el respeto por los animales, pues verán al ruiseñor, no como una cosa que vuela, o como un bicho insensible, sino como un ser vivo sintiente y con su propia vida y visión del mundo. Me ha dejado pensativo.
VIDEORESEÑA
¿Te gustan las historias en las que los animales son tratados con respeto y amor?
En «La torre de sabiduría. El libro de Mikel» el joven protagonista vive aventuras en un mundo de fantasía, el de los sueños, y sus dos gatos le acompañan, siendo igualmente protagonistas.
Los detalles, videopresentación, videoreseñas y otras opiniones de lectores, así como los enlaces de venta se encuentran en www.javinavas.es/latorredesabiduria
