Talleres gratuitos de iniciación a la escritura creativa:
¿Qué es un buen final para las historias infantiles? Aquellos en los que los protagonistas terminan venciendo.
Después de la ansiedad, el miedo y las emociones contradictorias que nos han ocasionado durante la lectura, estos finales nos hacen ser conscientes de lo que sentimos y nos permiten expresarlo. Nos ayudan a vencer nuestras contrariedades. En definitiva, nos ayudan a hacernos mayores, a madurar y a ser más responsables. Esto no significa que la historia o, incluso, el final deban ser un «camino de rosas». En muchas versiones de los cuentos tradicionales, los finales han sido cambiados para hacerlos moralmente aceptables. Mas, para evolucionar emocionalmente, hay que superar las dificultades y no ignorarlas, cambiarlas o esconderlas. Gracias a la ficción, los niños pueden aprender a gestionar sus emociones de una forma segura, de modo que la experiencia lectora constituya un aprendizaje, aunque los hechos que se narren sean dramáticos y los protagonistas sufran vicisitudes (a ver, dentro de un orden, no me refiero a gore ni a sadismos innecesarios). Escuchar o leer un cuento debe resultar placentero y ha de terminar con el triunfo del protagonista después de enfrentarse a una gran prueba. En algunas versiones de los cuentos de los hermanos Grimm podrás encontrar una amplia gama de emociones y actos humanos calcados de la realidad. Es seguro que con ellos, nuestros niños aprenderán y saldrán de la experiencia transformados y enriquecidos.
Una historia que escribí bajo estas premisas es «La Torre de Sabidoría. El libro de Mikel». El protagonista, inmerso en el mundo de los sueños, deberá superar dificultades y aprender de todo ello, pues si no, no podrá regresar a su mundo. Es adecuado para lectores de 8-9 años en adelante.
Información sobre el libro, videopresentación, videoreseñas y opiniones de lectores en www.javinavas.es/latorredesabiduria